Cespedosa. Juan Manuel Castro Prieto
Entre
los mayores logros profesionales de este artista podemos destacar que pertenece
a la Agencia VU desde el año 2000 y que
fue Premio Nacional de Fotografía en el 2015. Otros de sus reconocimientos son
el premio Bartolomé
Ros (2002), que concede PhotoEspaña; el de la Comunidad de Madrid (2003) y el
César Vallejo en Perú (2003).
Si
por algo destaca este autor es por su trabajo en laboratorio, una referencia
para muchos a la hora de positivar sus negativos. En 1990 recibió el encargo de
revelar unos negativos, descubiertos pocos años antes, del maestro chileno
Martín Chambi. De sus sucesivas estancias en el país chileno nace su libro
Perú, viaje al Sol (2001).
Cespedosa
gira en torno a la memoria, allí realizó su primera foto, y ahora cuatro
décadas después decide hacer una revisión de este tiempo. Cespedosa de Tormes
(Salamanca), pueblo de origen de su familia, pone las localizaciones, los
personajes e incluso los temas, sin embargo Prieto no trata de retratar de manera
veraz sino que impregna cada una de sus fotos de su visión personal, su forma
de hacer poesía, resultando en un realismo mágico que abre el abanico de
interpretaciones. A veces costumbrista, otras minimalista, otras veces
inquietante, onírico, son muchos años de fotografías los que encontramos en la
exposición y muchas las facetas de Castro Prieto.
Comentario de una de sus
obras:
Fotografía a color, del
género retrato en la que entiendo que hay parte preparada y parte improvisada.
Al realizar las fotografías con cámaras de medio y gran formato la
improvisación no es tal como puede ser con una dslr o una compacta pero no creo
que esta foto conllevase una gran preparación previa. Es un autor que según nos
comentaron trabajaba la mayor parte de las veces con luz natural y el objeto
que sale es una constante en muchas de sus fotografías, no es algo que se
adquiriese específicamente para la toma. Desconozco título y fecha aunque en la
exposición estaban detalladas en cada una. El lugar es el mismo que el de toda
la obra Cespedosa de Tormes, Salamanca.
El formato es rectangular
horizontal, lo que no es lo más común a la hora de hacer un retrato, sin
embargo si encaja con el tono documental de la exposición y con la sensación de
naturalidad, de calma, de lugar de paz y también de recuerdo, al ser como
nosotros vemos podríamos decir que así son nuestros recuerdos.
Es un plano cercano un primer
plano abierto cortando por debajo de los hombros, nos interesa el interior del
chico, sin embargo al encontrarse el muñeco translúcido en medio no vemos
claramente su expresión y menos su interior, sin embargo la mirada si se
aprecia bien y dice mucho. Por lo tanto existe una tensión entre lo que
deseamos ver pero que no terminamos de apreciar por culpa del muñeco y esto
hace que nuestra mirada recorra una y otra vez al niño y por lo tanto también
al muñeco intentando atravesar a este último. De la misma manera el niño mira
fijamente a cámara también intentando atravesar el muñeco.
La angulación es normal, la
cámara se sitúa a la altura del chico, esto hace que le veamos cómo es sin el
condicionante de una contrapicado que empequeñecería al chico y nos le
mostraría como un niño, posiblemente reduciendo la complejidad de ese mundo
interior. Poniéndonos a la altura del niño le tratamos como a una persona y no
como a un niño.
El tema del enfoque en
Castro Prieto es siempre complejo, usa cámaras de gran formato con fuelle y por
lo tanto logra desenfoques y enfoques imposibles de otra manera, y este caso no
es diferente. Por ejemplo vemos el antebrazo izquierdo del muñeco enfocado y el
derecho desenfocado estando los dos en el mismo plano de profundidad. De la
misma manera parece que el pelo y el rostro está enfocado pero no así el torso
del niño. De alguna manera el desenfoque juega un papel parecido al del muñeco
mostrando y ocultando según le parece al fotógrafo.
En cuanto a la composición
sitúa el ojo derecho en el centro mismo del cuadro haciendo que no sea
simétrica y dándole dinamismo a la imagen. En la vertical rellena el encuadre
por completo dejando respirar un poco al niño y no así al muñeco, sin embargo
en los laterales si deja aire, un aire que nos hace apreciar el fondo, un fondo
uniforme en principio pero que gracias principalmente al revelado y a la
calidad de las ópticas, pienso yo, está lleno de maravillosos detalles y
degradados que evitan que la imagen logre profundidad y no parezca que el niño
está sobre un fondo uniforme flotando, y es que apenas existen elementos
compositivos más allá del rostro del niño y el muñeco. Es muy sencilla desde el
punto de vista de la forma esta imagen.
El uso del color es
técnicamente genial, todas sus obras en color se destacan por el uso de colores
pasteles, conseguidos en postproducción digital según nos dijeron en la charla.
Existe una armonía de colores fríos que contrastan ligeramente con el dorado
del cabello y que le da un poco de viveza y dinamismo.
Todas las imágenes de la
exposición tenían una gran nitidez, Castro Prieto es un profesional de la
técnica y desde este punto no había desde luego nada que reprocharle. No sé que
objetivo utilizaría pero un 50mm podría valer perfectamente para esta toma. La
sensibilidad de la película la desconozco, el diafragma para lograr esos
desenfoques imagino que estará muy abierto y la obturación sería relativamente
corta. Ya comenté que se trataba de una cámara de gran formato con fuelle, por
lo tanto, colocado sobre un trípode especial para estas cámaras.
Nos dijeron en la exposición
que solía utilizar la luz natural, así que tanta perfección en su tratamiento
la atribuyo de nuevo a su alta cualificación a la hora de revelar. Se trata de
una luz suave diurna que parece entrar por un ventanal situado a la izquierda
fuera de campo y que viene ligeramente contrapicada. No hay grandes contrastes,
todo en la fotografía parece estar bañado de una atmósfera que suaviza tanto
los colores, como los contornos o la propia luz.
Creo que del revelado ya he
hablado suficiente y que en cuanto a deficiencias técnicas yo desde luego no
encuentro ninguna.
Sobre la intención del autor
creo que es complicado saber exactamente qué quería transmitir con esta imagen,
para mi habla de la introspección, de cómo el niño que está dentro de cada uno nos
ve, como un ser extraño, la persona en la que nos hemos convertido. Pero esta
es mi interpretación, creo que puede tener otras como el paso de la niñez a la
madurez, esa mirada de la que hablaba anteriormente ya no es la de un niño, ahí
ya hay algo mas, y ese niño observa con detenimiento el hombre en el que algún día
se convertirá.
La imagen nos sumerge en una
atmósfera onírica y poética, irreal, creando un universo propio, nostálgico,
para mí es como una especie de recuerdo o incluso el recuerdo de un sueño,
también esto lo condiciona que recuerdo la sala en la que estaba esta obra en
particular y alguna de las piezas que la acompañaban. (Imagen de arriba)
Pienso que es original el
hecho de que escoja el formato rectangular horizontal para un plano tan
cerrado, cuando apenas hay elementos que mostrar, sin embargo su capacidad de
generar atmósferas con el color mediante el revelado llena el cuadro y nos hace
deleitarnos con su paleta de color. Desde el punto de visto compositivo es
sencillo pero a la vez solo mediante el juego de enfoque-desenfoque lo vuelve
todo mucha más complejo de lo que pueda parecer a primera vista.
Como referencias únicamente
se me ocurre mencionar los retratos de Sally Mann, por la temática de retratos
de niños que miran directamente a cámara, aunque las/los modelos de la artista
norteamericana se muestran mucho más descarados tienen en común esa mirada viva
que se dirige directamente al espectador
Buen trabajo,
ResponderEliminarSobre todo, el comentario de la foto me parece muy bueno. De nuevo un apunte ortográfico: la partícula afirmativa "si" va con tilde, has puesto varias sin ella; también el "mí", si es pronombre personal, lleva tilde, no la llevaría si fuera un pronombre posesivo; y también se te ha colado algún "mas" sin tilde.
Por otra parte, cuando hablas de la distancia focal utilizada, no tienes en cuenta que éstas no son equivalentes entre las cámaras dslr y las de gran formato.
Pero el comentario está muy bien hecho tanto desde el punto de vista técnico como estético de la fotografía.