Exposición GÉNESIS. Sebastiao Salgado
COMENTARIO “GÉNESIS”
Sebastião
Salgado
(Brasileño, nacido en 1944)
El fotógrafo brasileño,
cansado de ser testigo de la crueldad y las miserias humanas decidió abogar por
la reconciliación con el mundo. Emprendió un viaje en busca de la naturaleza en
estado primigenio, en la que no existiera huella humana, en la que no
existieran guerras, ni mutilados, ni éxodos, ni hambrunas.
Su primer destino fue
las Galápagos para tratar de entender lo que Darwin entendió. Fotografiando
animales comprendió que él mismo era un animal, los animales eran igual de
curiosos hacia él que él hacia los animales “No soy otra cosa que un animal”
afirma en declaraciones al Natural History Museum. Al comprender esto, pasó a
interesarse por aquellas formas de vida en que vivían en harmonía con el lugar,
incluidas algunas formas de vida humanas. Así incluyó fotografías de tribus que
conviven en equilibrio con su entorno en lugares muy alejados del planeta.
Aquel viaje épico que mantuvo
a Salgado 8 años viajando alrededor del globo resultó ser un homenaje al
planeta en su modo originario, una “carta de amor” optimista. “Alrededor del 46 % de la Tierra permanece en el
estado en el que se hallaba en la época del Génesis —nos recuerda Salgado—.
Debemos conservar lo existente.” Ante la grandeza y la belleza que nos
muestran sus paisajes del Antártico, la Amazonia, Sudán o el Círculo Polar
Ártico solo podemos sentir humildad.
Sebastião
Salgado se caracteriza por ser fiel al blanco y negro en sus obras. La pieza
que nos ocupa pertenece al género de la fotografía etnográfica, nos muestra un
campamento de ganado de la tribu Dinka y pertenece a la serie Génesis de la que
ya hemos hablado.
Salgado
nace en Brasil en 1944, se forma inicialmente como economista, viaja a París
para realizar un doctorado y consigue trabajo en Londres. Realiza numerosas
visitas a África en misiones del Banco Mundial, es en estos viajes donde
descubre su vocación como fotógrafo. Primero como freelance, luego unido a la
agencia Gamma y más tarde a Magnum cubrió numerosas historias en África, Europa
y América Latina. También trabajó entre otros para Médicos Sin fronteras y es embajador
de UNICEF.
Algunos
de sus libros son “Sahel el fin del camino”, “Trabajadores: arqueología de la
era industrial” y “Migrations”.
Esta
es una foto en formato rectangular lo que nos da la idea de narración, nos
invita a contemplarla y a empaparnos del momento recorriendo la imagen una y
otra vez. Nos muestra en plano general un campamento de ganado de la tribu de
los Dinka, en Sudán del sur, desde una posición privilegiada, elevándose
ligeramente por encima de la escena. Amplia profundidad de campo, todo está a
foco aparentemente, sin embargo la tierra levantada y el humo que sale de las
boñigas nubla el último término. En cuanto al ruido tengo la sensación de que
si que tiene, ruido analógico, grano, aunque el JPEG no me permite analizarlo
con claridad, pero si que tiene esa textura. Es una imagen con contraste aunque
estos no sean extremos.
Respecto
a la técnica diría que es un objetivo por encima del 50mm, cámara analógica o
con un revelado digital imitando esta técnica, medición evaluativa puesto que
no hay un sujeto principal de interés sino que lo que importa es el conjunto.
Tengo un problema con las fotografías en blanco y negro y es que no consigo
descifrar el color de la luz por lo que no soy capaz de averiguar si es un
momento concreto del día que por ejemplo necesite un ISO alto. Si que se
entiende que no hay iluminación artificial y que aparentemente la luz no es
demasiado dura, tal vez difuminada por la nube de humo de los excrementos.
En
cuanto al revelado es un blanco y negro con textura como tiene la fotografía
analógica. No alcanzo a ver un blanco puro pero si negro puro, y existe una
amplísima gama de grises. No se aprecian retoques específicos concretos.
Creo
que probablemente la intención del autor, una vez conocido el contexto, es la
de mostrar un modo de vida primigenio, natural y en equilibrio y armonía con la
naturaleza y el entorno. Esta imagen despierta un sentimiento que nos retrotrae
a edades antiguas, esas vacas difusas del último término recuerdan a las
pinturas rupestres.
No es
una fotografía innovadora o rompedora, pero es bella y armoniosa, embellece la
realidad y la dota de un tono épico sin ningún tipo de artificiosidad de la
puesta en escena y lo logra, en gran medida, emprendiendo ambiciosos proyectos,
sin ese afán aventurero de dar testimonio de las diferentes realidades del
planeta no lograría captar el instante adecuado ni el encuadre correcto.